Los triglicéridos son el tipo de grasa más común en nuestro cuerpo. Provienen de alimentos como la mantequilla, algunos aceites y otras grasas. No obstante, también pueden provenir de las calorías que ingerimos a través de cualquier otro tipo de alimento, pero que nuestro cuerpo no utiliza y almacena en las células de grasa. Tener altos niveles de triglicéridos a menudo está asociado también a condiciones como la falta de ejercicio, el consumo excesivo de alcohol, tabaco o carbohidratos refinados, y el sobrepeso. Su consecuencia más habitual es el incremento del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares (infarto, ictus, aterosclerosis…) o diabetes tipo II.
Investigaciones genéticas han demostrado la correlación entre determinadas mutaciones en los genes APOC1, FADS1 y GCKR, entre otros, y la predisposición a tener niveles elevados de triglicéridos.
Índice de Contenido
¿Qué son los triglicéridos?
Los triglicéridos son el tipo de grasa más común en nuestro cuerpo. Provienen de diversas fuentes alimentarias como la mantequilla, algunos aceites y otras grasas. No obstante, no solo se originan a partir de grasas; también pueden provenir de cualquier alimento que consumimos y que nuestro cuerpo no utiliza de inmediato para obtener energía. En estos casos, las calorías no utilizadas se convierten en triglicéridos y se almacenan en las células de grasa, donde permanecen hasta que el cuerpo necesite energía entre comidas.
Factores que afectan los niveles de triglicéridos
Varios factores pueden influir en los niveles de triglicéridos en el cuerpo. Entre ellos destacan:
- Dieta: El consumo de alimentos ricos en grasas, especialmente grasas saturadas y trans, puede elevar los niveles de triglicéridos. Además, una ingesta alta de carbohidratos refinados y azúcares también puede contribuir a este aumento.
- Ejercicio: La falta de actividad física regular está asociada con niveles elevados de triglicéridos. El ejercicio ayuda a quemar calorías, evitando que se conviertan en triglicéridos almacenados.
- Consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol puede incrementar significativamente los niveles de triglicéridos. El alcohol contiene muchas calorías y azúcares, que el cuerpo convierte fácilmente en triglicéridos.
- Tabaco: Fumar también se ha asociado con niveles más altos de triglicéridos, además de ser un factor de riesgo para muchas otras enfermedades.
- Sobrepeso y obesidad: Tener sobrepeso, especialmente alrededor de la cintura, está relacionado con niveles elevados de triglicéridos. Esto se debe a que el exceso de peso puede alterar la manera en que el cuerpo procesa las grasas.
Riesgos de tener niveles altos de triglicéridos
Tener niveles altos de triglicéridos en la sangre, una condición conocida como hipertrigliceridemia, puede aumentar el riesgo de desarrollar varias enfermedades graves. Entre las más comunes se encuentran:
- Enfermedades cardiovasculares: Los niveles elevados de triglicéridos pueden contribuir a la aterosclerosis, que es el endurecimiento o engrosamiento de las arterias. Esto puede llevar a la formación de placas que obstruyen las arterias y aumentan el riesgo de sufrir un infarto o un ictus.
- Diabetes tipo II: La resistencia a la insulina, una característica clave de la diabetes tipo II, está frecuentemente asociada con niveles altos de triglicéridos. Además, la hipertrigliceridemia puede complicar aún más el manejo de los niveles de azúcar en la sangre.
- Síndrome metabólico: Este conjunto de condiciones, que incluye hipertensión, niveles elevados de azúcar en la sangre, exceso de grasa abdominal y niveles anormales de colesterol o triglicéridos, aumenta significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y otros problemas de salud.
La genética y su relación con los triglicéridos
Las investigaciones genéticas han demostrado que ciertas mutaciones en genes específicos pueden predisponer a una persona a tener niveles elevados de triglicéridos. Entre estos genes destacan:
- APOC1: Este gen juega un papel importante en la regulación del metabolismo de los lípidos, incluyendo los triglicéridos. Variantes específicas de este gen se han asociado con una mayor predisposición a niveles altos de triglicéridos.
- FADS1: Este gen está involucrado en la síntesis de ácidos grasos poliinsaturados, que son componentes clave de las grasas en el cuerpo. Alteraciones en FADS1 pueden influir en cómo el cuerpo maneja y almacena los triglicéridos.
- GCKR: El gen GCKR regula el metabolismo de la glucosa y los lípidos. Variantes de este gen pueden alterar la forma en que el cuerpo maneja los carbohidratos y las grasas, resultando en niveles elevados de triglicéridos.
Cómo manejar los niveles de triglicéridos
Mantener los niveles de triglicéridos bajo control es esencial para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones. Aquí algunos consejos para lograrlo:
- Modificaciones en la dieta: Reducir el consumo de grasas saturadas y trans, así como limitar los azúcares y carbohidratos refinados, puede ayudar a bajar los niveles de triglicéridos. Optar por grasas saludables, como las que se encuentran en el aceite de oliva, aguacates y nueces, es una estrategia efectiva.
- Ejercicio regular: Realizar actividad física de forma regular, como caminar, nadar o andar en bicicleta, puede ayudar a reducir los triglicéridos y mejorar la salud cardiovascular en general.
- Reducción de peso: Perder peso, especialmente si se tiene exceso de grasa abdominal, puede tener un impacto significativo en la reducción de los triglicéridos.
- Evitar el consumo excesivo de alcohol: Limitar la ingesta de alcohol es crucial para mantener los niveles de triglicéridos en un rango saludable.
- Dejar de fumar: Abandonar el tabaco no solo mejorará los niveles de triglicéridos, sino también la salud general.
Conclusión
Los triglicéridos son una parte esencial del metabolismo de las grasas en nuestro cuerpo, pero mantenerlos en niveles saludables es crucial para prevenir enfermedades graves. Tanto los factores de estilo de vida como la predisposición genética juegan un papel importante en la regulación de los triglicéridos. Con cambios en la dieta, el ejercicio y otros hábitos saludables, es posible controlar los niveles de triglicéridos y reducir el riesgo de enfermedades asociadas.
Bibliografía
- Teslovich, T. M., Musunuru, K., Smith, A. V., et al. (2010). Biological, clinical and population relevance of 95 loci for blood lipids. Nature, 466(7307), 707-713. Enlace al estudio
- Willer, C. J., Schmidt, E. M., Sengupta, S., et al. (2013). Discovery and refinement of loci associated with lipid levels. Nature Genetics, 45(11), 1274-1283. Enlace al estudio
- Gorden, P., & Shulman, G. I. (2018). Triglyceride metabolism and insulin resistance. Endocrinology and Metabolism Clinics of North America, 47(1), 31-47. Enlace al estudio
- Chasman, D. I., Pare, G., Mora, S., et al. (2009). Forty-three loci associated with plasma lipoprotein size, concentration, and cholesterol content in genome-wide analysis. PLoS Genetics, 5(11), e1000730. Enlace al estudio