Las manchas solares faciales (lentigos solares) son manchas pigmentadas ovaladas o redondas que miden de 2 a 20 milímetros, de color pardo, uniformes y localizadas en áreas expuestas frecuentemente al sol como cara, brazos o dorso de las manos. Son de mayor tamaño que las pecas/efélides, no desaparecen en invierno y son comunes en la piel envejecida.
Los lentigos solares son el resultado de un crecimiento local de células productoras de melanina en respuesta a la radiación ultravioleta. Estas manchas son más frecuentes entre la población caucásica y asiática y en mujeres, sobre todo a partir de los 50 años. Aunque son lesiones benignas que no necesitan tratamiento médico, nos indican que la exposición solar ha sido excesiva. Por motivos estéticos se pueden eliminar mediante diferentes tratamientos, aunque la mejor forma de prevención es el uso de protectores solares y controlar la exposición solar.
Variaciones en los genes MC1R y IRF4 se han asociado con un riesgo incrementado de manchas solares. Existen numerosos alelos de riesgo en el gen MC1R (receptor de la melanina).